Como se venía haciendo en los últimos años Manolito de la Reyes, Carnera y Antonio Mª de Triviño madrugaron ese día para bajar al "Lejío" con un par de burros y traer al pueblo unos cuantos haces de juncia y una buena carga de ramas verdes. A las ocho de la mañana las calles de Benquerencia comenzaron a engalanarse para recibir a uno de esos tres jueves que, según dice la tradición,
El guarda y los dos municipales distribuyeron la juncia por las calles del pueblo y colocaron las ramas en las puertas y rejas del Ayuntamiento y escuelas.
Los parroquianos terminaban de decorar sus puertas y ventanas con ramas y flores para dar colorido a la procesión que debía de celebrarse cuando acabara la misa de las doce.
Recuerdo que sobre las diez de la mañana mi madre se encargaba personalmente de cortar las flores del patio y llenar con sus pétalos una canastilla que colocaba detrás de la puerta para luego lanzarlos cuando llegaba la procesión y se paraba en el altar que cada año hacía en la puerta de nuestra casa para colocar la Santa Custodia con el Cuerpo de Cristo.
Sacaba una mesa cuadrada que cubría con una sábana blanca. Luego ponía en el centro una caja cuadrada también cubierta de tela blanca y adornaba todo con puntillas. En el suelo colocaba dos alfombras y unos cojines rojos.
El aspecto que presentaban las calles era espectacular debido al verdor de la juncia en el suelo y de las ramas en las puertas y ventanas de casi todas las casas. Además parecía que había un pique sano entre las diferentes calles por ver la que quedaba más
bonita.
Quiero recordar que hacían sus altares la Rosa y la Ángela del Asentero nada más salir de la Iglesia. La Luisa de Wenceslao(mi madre), Sabina de Flores, Felícitas, Consuelo Calderón y María de Antonio José de la Plaza en adelante. En la calle Arriba la Mercedes, Sabina, Engracita y Amparo. En la calle del Polvo(hoy Corredera) la Rosita de Antoliano, Juana, Gloria y el de la Rosa que nada más pasar la procesión por su puerta lo bajaba a esta calle. En la Roda las hijas de Norberto. Ya preguntaré en Benquerencia porque es posible que me deje alguno.
En cada altar se cantaba el "Pange lingua"
Quiero recordar que hacían sus altares la Rosa y la Ángela del Asentero nada más salir de la Iglesia. La Luisa de Wenceslao(mi madre), Sabina de Flores, Felícitas, Consuelo Calderón y María de Antonio José de la Plaza en adelante. En la calle Arriba la Mercedes, Sabina, Engracita y Amparo. En la calle del Polvo(hoy Corredera) la Rosita de Antoliano, Juana, Gloria y el de la Rosa que nada más pasar la procesión por su puerta lo bajaba a esta calle. En la Roda las hijas de Norberto. Ya preguntaré en Benquerencia porque es posible que me deje alguno.
En cada altar se cantaba el "Pange lingua"
- Pange, lingua, gloriosi :
- Córporis mystérium
- Sanguinísque pretiósi,
- Quem in mundi prétium
- Fructus ventris generósi
- Rex effúdit géntium.
- Nobis datus, nobis natus
- Ex intácta Vírgine,
- Et in mundo conversátus,
- Sparso verbi sémine,
- Sui moras incolátus
- Miro clausit órdine.
- In supremæ nocte coenæ
- Recumbens cum frátribus,
- Observata lege plene
- Cibis in legálibus,
- Cibum turbæ duodenæ
- Se dat súis mánibus.
- Verbum caro, panem verum
- Verbo carnem éfficit,
- Fitque Sanguis Christi merum,
- Et, si sensus déficit,
- Ad firmandum cor sincerum
- Sola fides súfficit.
- Tantum ergo Sacraméntum,
- Venerémur cérnui:
- Et antíquum documentum
- Novo cedat rítui;
- Præstet fides suppleméntum
- Sénsuum deféctui.
- Genitori Genitóque,
- Laus et iubilátio;
- Salus, honor, virtus quoque,
- Sit et benedíctio;
- Procedénti ab utróque
- Compar sit laudátio.
- Amen.
En el recorrido de altar a otro no cesaban las canciones así que las chicas acababan completamente afónicas.
Cuando finalizaba la procesión se producía otro momento que a mí, personalmente, me encantaba: La entrada en acción de los rastrillos hábilmente manejados por Manolo Becerra, Antoliano, Félix y otros mozos del pueblo.
Cuando finalizaba la procesión se producía otro momento que a mí, personalmente, me encantaba: La entrada en acción de los rastrillos hábilmente manejados por Manolo Becerra, Antoliano, Félix y otros mozos del pueblo.
Los rastrillos eran unas trenzas de juncia de alrededor de dos metros de largo. Tenían una empuñadura y luego venía el trenzado que a medida que avanzaba hacia el final iba disminuyendo de diámetro y se remataba con una puntera fina hecha con cabetes de coser el calzado que proporcionaba Luis de Benigno.
Se ponían entre las puertas de la Pilar del Rincón y la de Quico el Motorista volteando los rastrillos circularmente por encima de sus cabezas. Cuando brúscamente cambiaban la dirección del giro se producía una explosión parecida a un tiro de escopeta. Eran momentos espectaculares que no comprendo como han podido perderse. En nuestro vecino Puerto Hurraco aún se conserva esta tradidición.
¿No se podría recuperar en Benquerencia?
Confirmación de Isabel Benítez Romero
Confirmación de Salvador Amaya Martín
Otros de los momentos que se quedaron grabados en mi subconciente fueron los de las confirmaciones. A esa edad me impactaba la llegada del Obispo y toda la puesta en escena que el sacramento requería.
Me llamaba la atención la presencia del alcalde(en aquella época mi tío Víctor) y sobre todo la mitra y el báculo del Obispo.
El Obispo hacía a los aspirantes una cruz en la frente con un bálsamo y ceniza pronunciando las palabras:
"Recibe por esta señal de la cruz el don del Espíritu Santo"
El día 25 de Abril se celebraba la fiesta de San Marcos.
Se salía al campo rezando el Rosario y cantando con los ramos bendecidos el Domingo de Ramos .
San Marcos, San Marcos
Riega los charcos
Para mis triguitos que ya están bonitos
Para mi cebadas que ya están granadas
Para mi melón que ya tiene flor
Para mi sandía que ya está florida.
Para mis aceitunas que ya tiene una.
El quince de mayo se hacía la procesión de San Isidro Labrador en la que se engalanaba al santo con matas de trigo, cebada, habas, garbanzos y amapolas. Se recorrían las calles de Benquerencia y al terminar la procesión la Hermandad Sindical ofrecía un pequeño ágape a base de vino y algunos aperitivos. Siempre había algunos comentarios socarrones que decían que algún que otro labrador sólo salía ese día en todo el año porque las consumiciones eran gratis.
Desde mi infancia fueron pasando por Benquerencia distintos curas/párrocos. El primero que recuerdo fue:
D. Jerónimo Gómez-Polo Caballero
Natural de Benquerencia desarrolló su labor durante bastantes años en nuestro pueblo. Posteriormente se trasladó a Montoro y por último a Castuera donde tuve la suerte de que me diera clases de Religión en el colegio.
En los primeros años iba cada domingo a Puerto Hurraco a decir misa en un burro que le dejaba Benigno acompañado del monaguillo Manolo del Chiquitín. Se hospedaba en la casa de Pedranca que vivía a la entrada del pueblo.
Un domingo, acabada la misa, D. Jerónimo se acercó a Pedranca, hombre rudo y de fuerte carácter, que estaba en su huerta regando los tomates para tratar de convencerle de que fuera los domingos a misa. El hortelano escuchó pacientemente las palabras del cura y cuando éste acabó levantó la cabeza del suelo y le dijo con tono elevado:
¡¡Me cago en D.....s!! ¡¡No me jodas Jerónimo!!.
¡¡Cada uno en su lugar. Tú en misa con los feligreses y yo en la huerta trabajando para poder dar de comer a mi familia!!.
BIOGRAFÍA
DE D.JERÓNIMO GÓMEZ-POLO CABALLERO
(Enviada por su sobrina Carmen Martín
(Enviada por su sobrina Carmen Martín
Nació en Benquerencia de la Serena (Badajoz) el día 8 de agosto de 1905.
Su formación sacerdotal la llevó a cabo en el Seminario de Córdoba, ordenándose como Presbítero el 14 de Junio de 1930. Celebró su Primera Misa en su localidad natal y el primer bautizo que realizó fue el de su sobrina Felícitas Ruíz Gómez (madre de Paco y Ciprián Valdivia).
Fue destinado de Coadjutor a la Parroquia de Iznájar (Córdoba), donde estuvo tres años. Además atendía las diversas aldeas que a ella pertenecían, lo que motivaba que tuviera que desplazarse, a pie o en caballería, hasta 25 kilómetros diarios.
El 9 de Abril de 1933 se incorporó como coadjutor a la Parroquia de Castuera (Badajoz). Aquí, su labor sacerdotal fue dirigida principalmente a los jóvenes, como Consiliario de la recién constituida Acción Católica, promoviendo obras de teatro y proyecciones, veladas recreativas, fundando una escuela nocturna en la que impartía la formación básica a quienes tenían que trabajar durante el día. Hizo un campo de deportes, organizando dos equipos de futbol dotados de toda clase de vestuario, y organizando partidos, en los que se mezclaban en ambos equipos, jóvenes de La Casa del Pueblo y de la Acción Católica.
La Guerra Civil le sorprendió cuando estaba totalmente entregado a las actividades mencionadas y diversos proyectos de integración, como el últimamente citado.
Protegido por republicanos de la localidad, lo acompañaron a casa de sus padres en Benquerencia. A los pocos días fue detenido y preso, pasando, hasta el final de la contienda, por brigadas disciplinarias de trabajo, en minas (Puertollano), carreteras, trincheras, fábrica de ladrillos, caleras, carga y descarga de vagones, etc.
Cuando finalizó la guerra, su estado de salud era muy preocupante por las penalidades sufridas. Cuando se recuperó, el Obispo le ordenó hacerse cargo de las Parroquias de Castuera, Benquerencia y sus anejos, y Helechal.
En este tiempo, él decía que pertenecía al “cuerpo móvil de la Iglesia”, pues con calor, frío, lluvia, etc.., estuvo recorriendo caminos a pié o en caballerías.
Una vez que iba a Helechal en un mulo, éste se espantó y lo tiró, fracturándose el cúbito y radio del brazo izquierdo y, con principio de fractura, en los mismos huesos del derecho. Recogido por unos vecinos lo curó en Helechal un curandero de La Nava, al que estuvo siempre muy agradecido.
Cuando se recuperó, el Obispo le encargó, además, la Parroquia de Peraleda, por lo que durante cuatro años estuvo atendiendo simultáneamente todas las parroquias citadas y que, al estar destrozadas, tuvo que reconstruir material y espiritualmente, dotándoles de los ornamentos y objetos litúrgicos necesarios.
Un día de San José le prestaron un coche para ir de Castuera a Benquerencia. Además de él, como conductor, iban su hermana Engracia y su sobrina María Luisa, recogiendo por la carretera a gente que caminaba a la fiesta, y que se subían a los estribos del vehículo, asidos a las ventanillas. Al divisar el castillo, pasada “la zanja”, tuvo un despiste y el coche se salió de la carretera, cayó por el terraplén y dio tres vueltas de campana, perseguido por dos gordos peñascos. La gente que estaba en los corrales comentaba “esos ya no lo cuentan”. Todos resultaron ilesos y para él, San José les había salvado la vida. El coche tampoco sufrió daños y por la tarde otro conductor lo llevó a Castuera.
En Abril de 1944 fijó su residencia en Benquerencia, desde donde atendía sólo a Castellán, La Nava, Helechal y El Quintillo. En sus idas y venidas por esos caminos de Dios, le acompañaba algunas veces su buen amigo Alberto (hermano de Luis el cartero).
Una de las anécdotas que dejó escrita, era que “una vez que iba a un entierro a Puerto Hurraco, al pasar por un arroyo, que llevaba mucha agua por haber llovido, se resbaló el pobre burriquillo, que aquel día llevaba alquilado, y he aquí que el cura y su montura terminaron con sus lomos en los rollos del fondo, totalmente empapados en pleno mes de Diciembre”.
El 24 de Abril de 1952 tomó posesión como Ecónomo de la Parroquia de Monterrubio de la Serena (Badajoz), donde estuvo hasta el 1 de Agosto de 1954, en que fue nombrado Párroco de San Bartolomé de Montoro (Córdoba).
El 5 de Agosto de 1961 se trasladó de Párroco a Castuera (Badajoz). Cuando el Obispo le ofreció este destino, él estaba encantado porque era volver a sus orígenes.
Añorando las romerías de Andalucía, consiguió, de D. Hermógenes de la Cueva, la cesión del terreno necesario para construir la ermita de San Isidro, organizando la romería que hoy día se celebra. Asimismo, dio gran impulso a la Semana Santa, constituyendo distintas cofradías.
Durante toda su vida sacerdotal procuró aumentar la piedad, por todos los medios posibles, sin regatear esfuerzos y sacrificios, llevando a gala que siempre estuvo dispuesto a atender a quien lo reclamara, fuera de día o de noche, con frio y calor, cualquiera que fuese la distancia a recorrer y el medio de transporte a utilizar.
Siendo Arcipreste de Castuera, murió en Madrid el 14 de Junio de 1971. Sus restos reposan en el cementerio de Benquerencia de la Serena.
Recordatorio de su primera misa
Llegó a Benquerencia procedente de Almodóvar del Río y se se hospedó en casa de la Josefa de Frasqueles.
Era una persona muy inteligente que trató desde un primer momento ganarse a la juventud entre la que yo me encontraba.
Su hermano Pepe nos reunía por las entresiestas en la Plaza para jugar y entretenernos disparando flechas a una diana de madera con su escopetilla de plomos.
Por las tardes subíamos al castillo a jugar al fútbol con un "balón de reglamento". Imaginaros cuando chutábamos fuerte y caía para el Manzanar o a los corrales del Feche. Por supuesto que el que lo lanzaba fuera era el encargado de ir a recogerlo.
También organizaba partidos de fútbol entre nosotros mismos tanto en la carretera como en el "Lejío". Se arremangaba la sotana y era un jugador más y además, muy bueno.
También organizaba partidos de fútbol entre nosotros mismos tanto en la carretera como en el "Lejío". Se arremangaba la sotana y era un jugador más y además, muy bueno.
Compró a plazos un órgano para la Iglesia por 11.000 ptas. pero, como no había liquidez económica, tuvo que devolverlo por la Renfe. En la etiqueta puso:
-A portes debidos y gran velocidad.
Daba clases gratis a todos los jóvenes que deseaban asistir en el doblado de Flores.
De Benquerencia los trasladaron a Guadalcázar y de allí al Carpio donde falleció.
D. Vicente1954-66
Vino de Hinojosa y se hospedaba en casa de la María de Juan Puro.
Tenía tres hermanas: La Adela, la Sole (que se casó con Eduardito) y la Josefína.
Por las tardes reunía a los jóvenes de más edad y se tomaba con ellos una botella de medio litro de vino.
En la Iglesia puso mucho respeto. Durante la celebración de la misa no se oía ni el más leve murmullo.
Sus hermanas viajaban de Hinojosa a Benquerencia en tren con bastante frecuencia. El encargado de recogerlas en la estación de Castuera era el monaguillo Manolo del Chiquitín. Llevaba el burro de Benigno en el que se iban subiendo un ratito cada una.
Un día bajó con Manolo la Blanca de Benigno porque tenía que hacer algo en Castuera. Al regreso fue la primera en subirse al burro y no se bajó de él hasta llegar a Benquerencia para disgusto de las tres hermanas.
En el cine que se hacía en el casino de Molinilla se colocaba al lado de la máquina y cuando los protagonistas se iban a dar un beso movía el objetivo y distorsionaba la imagen para que no pudiéramos verlo.
Si las fiestas de San José caían por Semana Santa suspendía el baile ante el disgusto de los parroquianos. ¡¡Qué tiempos!!
Posteriormente lo trasladaron a Cabeza del Buey donde desempeñó su ministerio bastantes años.
Sus hermanas viajaban de Hinojosa a Benquerencia en tren con bastante frecuencia. El encargado de recogerlas en la estación de Castuera era el monaguillo Manolo del Chiquitín. Llevaba el burro de Benigno en el que se iban subiendo un ratito cada una.
Un día bajó con Manolo la Blanca de Benigno porque tenía que hacer algo en Castuera. Al regreso fue la primera en subirse al burro y no se bajó de él hasta llegar a Benquerencia para disgusto de las tres hermanas.
En el cine que se hacía en el casino de Molinilla se colocaba al lado de la máquina y cuando los protagonistas se iban a dar un beso movía el objetivo y distorsionaba la imagen para que no pudiéramos verlo.
Si las fiestas de San José caían por Semana Santa suspendía el baile ante el disgusto de los parroquianos. ¡¡Qué tiempos!!
Posteriormente lo trasladaron a Cabeza del Buey donde desempeñó su ministerio bastantes años.
D. Antonio Segovia Ávila
Llegó a Benquerencia procedente del vecino pueblo de La Higuera. Rápidamente conquistó a los feligreses por su carácter altruista y generoso. Lo mismo se ponía a coger aceitunas como se ofrecía de molinero. Se le salía algún trabajo lo aceptaba como cualquier jornalero del pueblo.
Lo que ganaba se lo gastaba invitando a los parroquianos en el bar o ayudando a quien lo necesitaba. Comentaba que que él "no podía dormir con cruces"(con dinero).
D. Antonio en el centro
D. Mariano Donoso
Procedía de Castuera y era una persona de mucho carácter y poco tacto en el contacto con algunos de sus feligreses.
Todo el mundo estaba de acuerdo que era el que mejor decía la Misa de todos los sacerdotes que habían pasado por nuestra Iglesia en aquella época.
Fue el impulsor para colocar el retablo actual de la parroquia.
El año 1999 afrontó las obras para arreglar el techo de la Iglesia y quitar las humedades que cada invierno aparecían en sus muros.
En el 2009 ocurrió el lamentable suceso de la extraña desaparición de la vara de San José. Se hicicieron numerosas averiguaciones pero, al día de la fecha, sigue sin aparecer.
Era una persona muy meticulosa con las cuentas. Me comentan que apuntaba en los gastos parroquiales hasta los céntimos que valía una caja de cerillas.
D. José Jiménez Reinoso (2010-2016)
Persona muy entrañable, cariñosa y simpática que se ganó el aprecio de todos los benquerencianos en los seis años que estuvo entre ellos.(Pendiente de actualizar datos de su biografía)
D. Juan Moreno Gallardo
Natural de Campanario y procedente del Valle de la Serena tomó posesión de la Parroquia en Agosto del 2016.
FOTOS Y VÍDEOS RELACIONADOS CON EL CAPÍTULO:
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CORPUS 2008
CORPUS 2010
CORPUS 2011
SEMANA SANTA 2007
SEMANA SANTA 2010
SEMANA SANTA 2011
PROCESIÓN DE JESÚS NAZARENO Y VIRGEN DE LA SOLEDAD 2007
BENDICIÓN DEL FUEGO Y CIRIO 2007
VIA CRUCIS 2007
SEMANA SANTA 2009
PROCESIÓN DE JUEVES SANTO 2010
PROCESIÓN DE VIERNES SANTO 2010
PROCESIÓN DEL RESUCITAO 2010
CORPUS 2011-1
CORPUS 2011-2
DOMINGO DE RAMOS 2011
PROCESIÓN DE JESÚS NAZARENO Y VIRGEN DE LA SOLEDAD 2011
VIA CRUCIS 2011
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CAPÍTULO ABIERTO PENDIENTE DE NUEVAS ACTUALIZACIONES
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